Las dudas que manifestó Preciado tras conocer que no podría contar con Neru, Carmelo y Canella se resolvieron en favor de Jorge, Jose Ángel y Kike Mateo mientras que Manzano si pudo alinear a Arango, por lo que al final fue el Sporting el que afrontó el partido con más ausencias en su supuesta alineación titular.
El conjunto local mantuvo el esquema que el técnico utilizó por primera vez la pasada jornada en el campo del Villarreal con Andreu por delante de la defensa.
Tras medirse ya a todos los grandes de la categoría, el Sporting iniciaba ante el Mallorca su liga particular que en la primera vuelta le deparó cuatro victorias consecutivas y que le permitió empezar a ganarse el respeto de los rivales que hasta ese momento lo señalaban como el principal candidato al descenso.
El Mallorca fue el primer sorprendido y por ello se presentó en El Molinón con la lección aprendida y dispuesto a devolverles el resultado y meter a los rojiblancos en plena pelea por evitar el descenso después de casi tres meses de ocupar posiciones tranquilas de la clasificación.
Los dos equipos eran conscientes de la importancia de los puntos en juego y el partido tuvo desde el comienzo tintes ofensivos, si bien fueron los baleares los que gozaron de las oportunidades más claras aunque la primera fue para los locales tras una gran jugada de Diego Castro que se internó sorteando contrarios para ceder el balón a Michel que, en inmejorable posición, chutó fuera.
La réplica llegó en un cabezazo de Aduriz al que respondió bien Lafuente mientras que a renglón seguido fueron de nuevo Míchel y luego Diego Camacho los que dispararon fuera en unos minutos en los que el Mallorca empezó a imponer su juego con balones muy directos para Aduriz, que superaba una y otra vez a una imprecisa zaga rojiblanca.
En uno de esos balones el delantero balear superó a Gerard y marcó por bajo pero el delantero vasco se había llevado el esférico con la mano y se ganó una tarjeta que no le amilanó porque minutos después volvió a ganar la espalda, esta vez a José Ángel, y se planta sólo ante Lafuente aunque bastante escorado y su disparo fue despejado por el guardameta rojiblanco.
Los nervios de la defensa local se acabaron trasmitiendo a la grada que comenzó a incordiar a jugadores como Cámara o Jorge que estaban siendo constantemente superados por los rivales.
Al borde del descanso un balón rechazado por la defensa local llegó a Varela que, desde unos 25 metros, lanzó un potente disparo que se estrelló en la escuadra de la portería local ratificando que el Mallorca merecía un mejor resultado en la primera mitad.
En la reanudación los baleares sólo necesitaron cuatro minutos para lograr lo que no habían conseguido hasta el momento gracias a un magnífico lanzamiento de falta directa de Arango que entró por la escuadra sin que ni la barrera ni Lafuente pusiesen el más mínimo obstáculo.
El gol que llegó casi al mismo tiempo que el del Recreativo de Huelva en Málaga y el fantasma de los puestos de descenso volvió a El Molinón.
Arango, cuatro minutos después, tuvo otra gran ocasión pero se encontró con Lafuente que de nuevo salía victorioso en un uno contra lo que provocó de nuevo protestas de los aficionados tanto a sus jugadores como Preciado que respondió dando entrada a dos hombres mucho más ofensivos como Luis Morán y Barral.
Su salida no mejoró el juego rojiblanco que seguía perdido en imprecisiones en un centro del campo en el que la pareja Cléber Santana-Martí superaba con claridad a sus pares mientras que las llegadas visitantes llevaban siempre más peligro que las locales.
Aduriz fue una auténtica pesadilla para la zaga rojiblanca ya que se llevó prácticamente todos los balones aéreos y el juego rojiblanco cada vez era más anárquico, lo que provocó que Aouate se limitase a salir a por balones bombeados y poco más.
El último cuarto de hora fue de dominio del Sporting que con mas corazón que cabeza se lanzó a por el empate, pero casi siempre con balones elevados que eran muy fáciles para la defensa del Mallorca, muy segura durante todo el partido.
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