sábado, 8 de noviembre de 2008

EL PÓKER DE HIGUAÍN DA UN RESPIRO AL MADRID TRAS UN PARTIDO ESQUIZOFRÉNICO

Un argentino con aires franceses reactivó al Real Madrid. Se llama Gonzalo Higuaín, 'Pipita' para el fútbol. Con el arma preparada, hirió el marcador con cuatro dianas y lideró un ataque de raza del Madrid, habitual en época de crisis. Cuando los de Schuster se quedaron sin defensas, en tela de juicio, el abogado Higuaín levantó al señalado como culpable y dio un respiro al Bernabéu.


El Madrid se quedó cerca del ataque de nervios. Firmó una actuación lamentable defendiendo y, como siempre en los últimos tiempos, se agarró a la testiculina y a la casta para evitar los problemas. Unos problemas que no desaparecen, pero que al menos se dan un respiro por La Castellana. Schuster tiene un lío en la cabeza. No lo reconocerá, pero el alemán está impaciente. Ofreció un toque diferente al once, aunque sólo fuese así por el cambio de fichas. Raúl desapareció de la partida, Schuster volvió a insistir con Drenthe y Guti se mantuvo en la zona ancha.

No fue un partido del montón, más bien se instaló en la esquizofrenia, algo que siempre favorece los intereses madridistas. Cuando el guión se adapta a lo inesperado, el Madrid sale ganando. Los de Schuster no saben mandar, son previsibles con el enemigo colocado en su campo; pero, disfrutan en el descontrol.

Marcó Eliseu después de destapar las carencias de Marcelo y prolongar el estado problemático de Heinze. Respondió Higuaín, representante de la furia, dos minutos después. El Bernabéu recibió con indiferencia el cambio de golpes. Eran los primeros minutos del duelo.

Otro marrón para el Madrid

Baha volvió a adelantar al Málaga, agigantando el muro de las lamentaciones blancas en defensa. Heinze abrió un agujero por el centro de la zaga y el marroquí puso el 1-2. El Madrid pierde sus defensas. El central argentino, habitual en los contratos de seguros, atraviesa un momento nefasto. Marcelo y Drenthe propician por la izquierda un desaguisado y Ramos no existe. En los últimos tiempos el lateral derecho del Madrid lo ocupa otro futbolista, desquiciado, con la mente en otro parte. Su expulsión al borde del descanso propició un nuevo marrón para su equipo. Culpable.

La primera mitad agonizó con las sensaciones provocadas por el empate del 'Pipita' y la estúpida roja que vio Ramos. El sevillano pisó con descaro a Eliseu cuando éste estaba tendido en el terreno de juego. Está perdido.

Schuster recurrió a Salgado tras el paso por vestuarios, con la misión de tapar el agujero provocado en la banda de los marrones. Con la segunda parte en pleno desarrollo, Gago, inocente, mandó al Málaga al punto de penalti. El Madrid, partido en dos, volvió a estar en desventaja tras el gol de Apoño desde los once metros.

De repente, un toque de corneta sonó en el Bernabéu, el de la caballería blanca. Higuaín hizo el tercero suspiros después del 2-3 y el estadio merengue se reactivó. Guti, con parte de la historia blanca en el brazalete, no tuvo problemas en adaptarse y ponerse el mono. Inició las embestidas desde la recuperación e Iturralde, histérico, puso la alfombra roja para el cuarto.

El colegiado vio un empujón de Calleja a Higuaín dentro del área, cuando no lo hubo, y originó el cuarto. Arnau le paró el penalti al 'Pipita', pero no el rechace. El argentino completó un póker que, parece mentira, provocó una afable despedida del Bernabéu con su Madrid. El toque de orgullo mantuvo en pie a un equipo en problemas.

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