jueves, 17 de abril de 2008

El Caracas eliminado a manos de San Lorenzo en un negro partido

Adiós a la Copa Libertadores. El Caracas necesitaba un empate para avanzar a octavos de final, pero San Lorenzo fue demasiado con un triunfo de 3-0.

El equipo de Noel "Chita" Sanvicente estuvo desconocido, completamente superado, incapaz de responder frente a su rival en Buenos Aires.



La calidad del trío Alejandro Guerra-Ronald Vargas-Juan Cominges, esperanza de un resultado distinto en la ciudad donde se había logrado la hazaña de vencer a River Plate hace un año, terminó diluyéndose en medio del caos y gravísimos errores defensivos.

Si bien la superioridad de San Lorenzo fue indiscutible con un D'Alessandro opuesto a aquel que desfiló tristemente en el estadio Olímpico de la UCV en un revés 2-0, el Caracas prometía más cuando arrancaba el partido. Y fue justo en la zaga donde se inició el cortocircuito que terminaría afectando a todo el grupo desde el portero Rosales hasta el delantero Rafael Castellín.

Los rojos habían resistido con éxito el primer envión de los locales y tocaban lejos de su arco, diciendo que sí era posible seguir el guión que deseaba Sanvicente. No provocaba demasiado peligro, pero tenía el balón.

Toda la ilusión, sin embargo, se rompió al cuarto de hora.

Un centro de Adrián González hacia el área fue bajado por Diego Placente para que Silvera diese el pase de gol a Bergessio, autor del 1-0 (m. 16). Placente recibió tranquilo ante la mirada de Franklin Lucena y Silvera vio llegar muy tarde a Oswaldo Vizcarrondo. ¡La defensa!

Pero hubo reacción. Un centro de Valencia pudo significar el empate cuando el "Pájaro" Vera y Ronald Vargas entraban en el área para rematar. Despejó Placente en el último segundo.

¿Despertaría el Caracas? Nunca se sabrá, porque otro fallo de concentración puso el 2-0. Toda la zaga erró junta, provocando que el balón quedara enredado en un mar de piernas justo frente a Rosales. El arquero terminó batiéndose a sí mismo (m. 35).

El resto del partido fue un monólogo. Mera y Guerra amenazaron antes del descanso, pero una vez comenzado el segundo tiempo sólo hubo un protagonista: San Lorenzo. Sus ocasiones se producían una tras otra y los criollos se desaparecían.

Hubo un centro peligroso que buscaba a Castellín y un tiro desviado de Rentería, pero nada más. Absolutamente nada. Y, así, Silvera puso el 3-0 definitivo. Para colmo con otro error.

Un balón largo encontró al delantero con espacio para correr y Vizcarrondo como único marcador. Rosales salió de su ubicación bajo los tres palos para tratar de despejar. Le llegó al balón, pero hizo un swing al aire como si hubiese sido engañado por un cambio de esos que lanza Johan Santana en el beisbol de Grandes Ligas. Silvera aprovechó el regalo y definió cómodo con el arco vacío (m. 78).

Esa acción puso terminó a la historia. Fue el punto y final.

El milagro de una reacción de última hora por el cual todavía se rezaba con el 2-0 en contra, ya se había hecho imposible.

Día de luto

Los jugadores del Caracas saltaron al césped con una banda negra en el brazo como duelo por la muerte en horas de la mañana de la madre de José Manuel Rey, Mercedes Cortegoso de Rey.

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