Duro golpe para la actual campeona del mundo y ya no sólo por la derrota, sino por la imagen dejada sobre el terreno de juego. El juego total de Holanda dejó en evidencia a la defensiva y resultadista Italia, que deberá imponerse a Francia y Rumanía si no quiere quedarse fuera de los cuartos de final de la Eurocopa de Austria y Suiza.
A pesar del inicio igualado que presentó el partido, pronto se vio que Holanda no venía a verlas pasar. Italia comenzó presionando, pero a medida que la Orange encontró su sitio todo cambió. La presión de Mathijsen y Engelaar anuló a Pirlo, que nunca encontró la forma de construir el juego de su equipo y, así, la azurra no supo poner en apuros a Van der Saar.
Los balones largos fueron su principal baza ofensiva, pero la defensa holandesa se mostró sólida. Todo lo contrario que la italiana. La pareja de centrales improvisada con Materazzi y Barzagli condenó a los de Donadoni, que permitieron el juego de toque y pase de Holanda. Sneijder y Van der Vaart fueron sus principales creadores y Van Nistelrooy su artífice.
El primer gol llegó, no obstante, en un claro fuera de juego que encendió los ánimos de los italianos. Acto seguido, Luca Toni reclamó penalti para acabar de calentó a la selección. Aunque nada pudo decir contra el segundo gol de la noche, obra de Sneijder. Golazo si se puede decir y jugada perfecta. Gio evita el 1 a 1 sobre la misma línea de gol y, no contento con eso, se lanza al ataque por la banda. Centra a Kuyt, que cede al madridista y Sneijder fusila ante la salida de Buffon.
Con el 2 a 0, Holanda destapó el frasco de las esencias y demostró su mejor cara. Al toque aniquiló a una Italia que no supo reaccionar. Van Nistelrooy perdonó en varias ocasiones la sentencia y sólo Luca Toni, demasiado sólo, trató de recortar distancias.
Tras el descanso, Donadoni se tomó su tiempo para introducir cambios esperanzado en que el baño de la primera parte no se repitiera. Pero no hubo suerte. Los hombres de Marco Van Basten siguieron emulando a la Naranja Mecánica para desesperación de su rival.
Pero el desgaste físico comenzó a pasar factura a Holanda, que a partir de la primera hora de partido comenzó a bajar el ritmo ante el juego duro e interrumpido de Italia. La entrada de Grosso y Del Piero dieron frescura a la delantera transalpina, pero la suerte no estaba del lado de la campeona. Van der Sar se lució en un lanzamiento de Pirlo y, acto seguido y como en el primero de la noche, Holanda sentenció mediante Gio.
Italia se rindió ante la evidencia y Holanda aprovechó para humillar un poco más a su rival. No llegó el cuarto, pero no hacía falta. Italia ha aprendido la lección y ahora deberá replantearse su forma de afrontar esta Eurocopa.
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