Si no ha perdido esta vez... pues ¿cuándo habría de hacerlo? Ahora entendemos por qué el Chelsea suma 84 partidos sin derrotas en Premier jugando en casa. Stamford Bridge está embrujado para los rivales. Será cuestión de que los visitantes viajen con una pitonisa o con un experto en Magia Negra, porque no hay forma de romper el hechizo por las vías normales.
Este domingo, todo le estaba saliendo mal al Chelsea. No mal, fatal. Por ejemplo, Deco, que iba a ser titular, sufrió un tirón muscular en el calentamiento y fue descartado minutos antes del pitido inicial. Scolari tuvo que meter a Michael Ballack, quien no estaba al ciento por ciento en el aspecto físico. Pero otra opción no había.
A los 12 minutos de partido, el segundo 'cachetazo' directo a la cara del Chelsea: se rompió Ricardo Carvalho, el mejor defensa de la Premier hasta este día fatídico. No se sabe exactamente qué tiene, pero su lesión de rodilla huele mal. El brasileño Alex tuvo que ingresar en lugar del portugués, improvisando zaga central con Terry.
Y el Manchester United no es de aquellos equipos que te perdonen la vida en casos así, desde luego. Los Red Devils le saltaron al cuello a su rival herido y tuvieron dos ocasiones claras antes de los diez minutos. Las fallaron, por los pelos, el mediocentro Flecther y el punta Rooney, este último rematando desde unos 40 metros con Petr Cech adelantado y fuera de acción.
A los nueve el Chelsea tuvo el gol en las botas de Joe Cole, tras un error de cálculo de Patrice Evra, competando unos primeros diez minutos de partido totalmente frenéticos. Esquizofrénicos, más bien. Una noticia por el lado del United era la presencia de Berbatov de entrada, con Tévez en la banca, mientras que Didier Drogba esperaba su oportunidad entre los suplentes del Chelsea. Nicolas Anelka estaba en su lugar.
A los 12 se fue Carvalho, lesionado, y a los 16 minutos Cech tapó de forma espectacular el 0-1 ante un remate franco de Rio Ferdinand, que apoyaba en una jugada de ataque bien leída por Rooney.
Pero a los 18 minutos el meta checo estuvo realmete flojo, soltando un balón en la cara misma del coreano Park, que anotó el 0-1 tras una gran jugada colectiva en la participaron Evra, Berbatov y Rooney. El Chelsea estaba en serios problemas.
Pero claro, el United también tuvo los suyos. Erwin Van der Sar tuvo que marcharse lesionado, tras recibir un golpe en un choque con Malouda, y en su lugar entró Kuszczak, uno de por porteros más imprevisibles de Europa. El polaco entró bien, de todos modos, tapando por ejemplo el empate a Alex (m.39) en la última ocasión Blue antes del descanso.
El Chapulín 'Kalou-rado'
"Y ahora, ¿quién podrá salvarnos?...", se preguntan los protagonistas de la mítica serie del mexicano Chespirito. Cuando están en problemas aparece el Chapulín Colorado, con su Chipote Chillón, y acude a su rescate.
Pues eso mismo habrá pensado Scolari al ver que pasaban los minutos y el Chelsea no podía hincarle el diente al United. Entró Drogba, pero 'Didi' está espeso, lejos aún de su mejor forma física. Para colmo, Joe Cole estuvo egoísta a los 65 minutos, rematando de forma defectuosa cuando tenía solo a Anelka para poner el 1-1, y a los 73 el galo se perdió el gol de forma increíble, solo bajo palos.
Allí fue cuando Scolari llamó al Chapulín 'Kalou-rado'. Entró Salomon Kalou, por Balack, y a los pocos segundos ya estaba anotando el 1-1 remachando de cabeza un libre directo de Mikel. Todos los Red Devils miraron, Terry arrastró la marca de Ferdinand y Kalou anotó el gol que sería decisivo en el marcador.
Ya no hubo más ocasiones aunque ambos equipos buscaron la victoria. No había piernas. Y así fue como el Chelsea completó otra semanita más de invicto en casa en partidos de Premier (ya son unas cuantas, más de cuatro temporadas), y también se mantiene a salvo el invicto de 'Felipao' desde que dirige a los Blues.
El United, en cambio, lamentará mucho haber perdonado tanto. Si no pudo en el 'Día Negro' del Chelsea, difícilmente tenga otra ocasión tan propicia para romper el embrujo de Stamford Bridge.
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