Una acción que se salió del guión lento y pasivo del derby, rompió la monotonía para hacer retornar al Milan a la zona alta. Un golazo de Ronaldinho en su mejor partido como milanista, basta para sumar tres puntos, apretar el Scudetto y truncar el primer gran choque de Mourinho en Italia.
Seedorf, novedad en el perfil inicial
El primer derby lombardo de la nueva campaña, la primera gran cita de la era-Mourinho o el primer match-ball de Ronaldinho. Un derby de la Madonnina es, ante todo, un choque lleno de protagonistas por ambos bandos pero en esta ocasión, además, era la ocasión ideal para calibrar las fuerzas de dos de los candidatos al Scudetto. Dos partidos consecutivos con victorias habían dado calma a Ancelotti y su entorno mientras que la fortaleza del nuevo Inter, más allá de su juego, le colocaba como ligero favorito pese a ser visitante.
La baja de Pirlo, clave para el Milan por todo lo que significa en la creación, fue tapada (con buena nota) por Seedorf, en una apuesta atractiva de Ancelotti, que rodeó al holandés con dos ‘presas’ como Gattuso y Ambrosini. Pato era el punta con Shevchenko en el banquillo y Ronaldinho-Kaká tras el. El Inter tenía varias bajas como Muntari o Figo, pero el trivote Zanetti-Vieira-Cambiasso, aseguraba competitividad. Ibrahimovic como punta con los llegadores Mancini y Quaresma, completaban el diseño neroazzurri.
Brasilian Connection
La principal características del nuevo Inter de Mourinho respecto al de Mancini es su mentalidad. El luso quiere que su equipo mande, que sea el dueño de la posesión y que tenga dominados los choques por fuerza y potencia en su medular. Este Inter sabe a lo que juega (guste más o guste menos) y reflejó su personalidad en los primeros minutos, donde ejerció de líder.
Varias arrancadas de Maicon por su banda derecha, el saber estar de Zanetti y un mal control de Ibrahimovic que, de haber sido diferente, pudo abrir el marcador, fueron las ocasiones en estos minutos. El Milan, siempre guiado por la manija de Seedorf, empezó a crecer, logró crear varias llegadas con Kaká o Pato y se veía un Ronaldinho algo más entonado que en anteriores citas.
Con un ritmo intenso y después de una combinación sublime de Kaká y ‘Dinho’ que muy cerca estuvo de ser gol tras una volea del ex barcelonista, ambos compatriotas se cruzaron en el camino pero, esta vez, con el premio deseado. Ronaldinho agarró la pelota en mitad de cancha, mandó un pase largo a su compañero que, llegando a línea de fondo y esperando las incorporaciones desde atrás, puso el ‘regalo’ perfecto para que el fichaje estrella cabeceara como nunca a la escuadra de Julio César. Golazo, momentazo y desenfreno absoluto del multi-criticado crack gaúcho.
Un sopor o la delicia milanista
Pese a que, sobre el papel, un gol siempre es el mejor animador de estos partidos históricamente cerrados, el guión no se cumplió. El Inter mostró una falta de profundidad y de alternativas bastante alarmante y se perdió en disputas mientras el Milan se relamía al compás que marcaba su ritmo lento y desgastado.
Una expulsión, la de Burdisso, terminó de truncar las esperanzas neroazzurras, que terminaron desesperadas y representadas en Materazzi que incluso fue expulsado estando ya en el banquillo tras ser sustituido. Incapaz de renovar la vitalidad del choque, a Mourinho no le valió con haber apostado por Cruz y Adriano, porque terminó condenado por una jugada mágica que le había puesto el partido cuesta arriba.
Sólo en el arreón final, con un cabezazo de Adriano al que sólo le faltó más potencia, se escucharon los temores rossoneros que, por vez primera en la campaña, sintieron un relax absoluto. El Scudetto se aprieta, todo está a un ‘puño’ y el Milan está de vuelta.
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