No es incierto que el UA Maracaibo es el equipo que más dinero invierte en su plantilla año tras año, sin embargo estas negociaciones podrían catalogarse, en algunos casos, como un fracaso deportivo.
En menos de una semana dos jugadores extranjeros han paseado por las filas del Unión Atlético Maracaibo y sin pena ni gloria se han marchado a sus países de origen. La razón de estas fugas inesperadas son muy sencillas: fracaso deportivo y gerencial en la escuadra marabina.
Hablamos de los casos del artillero colombiano Néstor Álvarez y el mexicano Emmanuel López, un habilidoso lateral derecho que llegó a "prueba", pero no le agradó al técnico Jorge Pellicer.
Álvarez no aprobó los exámenes médicos y la directiva no se arriesgó en mantenerlo toda la temporada. Primer fiasco. El caso del azteca Emmanuel López se acerca más a las exigencias del entrenador bicolor, quien le mencionó de entrada que "ya tenía completo el equipo". López nunca fue informado que llegaría a Maracaibo para ser sometido a una prueba y sin pena ni gloria se regresó a Guanajuato. Segundo fiasco.
Fracaso tras fracaso
Los fracasos en el tema de contratación de jugadores han sido una constante, en especial cuando se trata de futbolistas extranjeros. Podemos citar la firma del delantero argentino Diego Rivarola, cuyo contrato superaba los 10 mil dólares y sólo cosechó tres goles en dos temporadas. A este se le suman Gamadiel García, Julio César Laffatigue entre otros. No podemos dejar de lado el escándalo de Iván "Tren" Valencia, quien jugó unos pocos minutos y se llevó su maletín lleno de dólares.
A los artilleros sureños se les anexa su compatriota Lucas Viatri, quien llegó por un supuesto arreglo que involucraba la beca de cuatro jugadores de categorías menores del UAM que estarían concentrados en los campos de entrenamiento del legendario Boca Júniors, acuerdo que nunca se hizo efectivo y según fuentes de
Representantes "chuecos"
La relación deportiva con los agentes deportivos Juan Carlos Vera (de origen chileno) y Mauricio "Chicho" Serna (colombiano), poca gloria han generado a la escuadra marabina. La vinculación del delantero Leonardo Rojano fue la gota que rebasó la copa de fracasos, porque lo vincularon por tres años y ante la incompatibilidad con el entrenador Pellicer y su cuerpo técnico se marchó a Colombia por el ambiente "caliente" que se vive en los camerinos.
De momento el UAM sigue desembolsando dinero por el jugador "cafetero" sin jugar un sólo minuto. El austral Vera ha sido tachado en varias instituciones suramericanas por sus "chuecos" acuerdos en especial en el fútbol mexicano.
Falta de monitores
A diferencia de instituciones como Caracas FC y Zamora FC, el Maracaibo no cuenta con un personal dedicado a hacerle seguimiento a los nuevos talentos que surgen en territorio venezolano y mucho menos fuera de nuestras fronteras. Allí nace y persistirán los problemas de contratar jugadores con poca sed de juego y en ocasiones, lesionados. En ese sentido podemos afirmar que el UAM juega la liga del oprobio.
Contrato insólito
No debe pasar bajo la mesa el caso del cafetalero Jámerson Rentería, quien fue anunciado como refuerzo con bombos y platillos, incluso durante un partido amistoso contra el Junior de Barranquilla el 20 de enero de 2006, hasta le pusieron la camiseta del Unión, es decir, estaba firmada la contratación.
Días después se cayó la flamante adquisición por "diferencias económicas". Sin dudas un caso ridículo nunca visto en el balompié profesional de ningún país, algo insólito. Rentería posteriormente jugó en Venezuela pero con el Monagas SC.
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