“La tercera fue la vencida”. “Siempre hay una primera vez”. Para la clasificación del Chelsea a su primera final de la Liga de Campeones pueden servir miles de frases, pero fueron once hombres los que se pusieron la braga y trabajaron por una clasificación que les costó mucho sudor y muchas lágrimas.
El sudor de un Didier Drogba que peleó por todos los balones que rondaron el área del rival y las lágrimas que estallaron de los ojos de Frank Lampard tras marcar de penalti el 2-1 transitorio, teniendo la imagen de su madre fallecida la semana pasada en la cabeza.
La confrontación ante el Liverpool se mostraba pareja antes de haberse jugado el primer minuto, y con el empate 1-1 en la ida, el boleto a la final estaba en el aire. Pero los azules se olvidaron de la historia previa (eliminados por el Liverpool en dos de las últimas cuatro semifinales de Champions) y les dieron un mazazo a sus verdugos, no sin antes pasar por una prórroga electrizante, como el resto de la eliminatoria.
Ayer, los invencibles de Stamford Bridge salieron al campo confiados, mientras que al cuadro de la ciudad de los Beatles le pesaba mucho el gol en contra de Riise del partido de ida.
Con varios remates desde lejos, los pupilos de Avram Grant inquietaron al portero Reina, pero el español se mostró seguro en todo momento.
La lesión del central Martin Skrtel no trastocó de gran forma los planes de Rafa Benítez, pero fue un preludio negativo para los reds. En lugar del eslovaco ingresó Sami Hyypia, quien sería protagonista más adelante en el partido.
Bombazo número uno
El Chelsea se fue arriba gracias a Drogba (m.33), quien aprovechó un rebote de Reina tras un remate de Kalou para poner el 1-0. El zapatazo del marfileño, a poca distancia de la línea de gol, sacudió las redes sin encontrar oposición.
Ese marcador levantaba la moral al Chelsea, ya que aseguraba más un poco su clasificación. Al Liverpool, por su parte, le costó reaccionar.
Y ya sería a mediados del segundo tiempo cuando el conjunto de Rafa Benítez tomó la manija del choque. Poco a poco se fue acercando hasta que encontró su premio.
El “Niño” Torres hizo lo que se ha acostumbrado a hacer en Inglaterra y batió por bajo a Cech tras la gran jugada de Benayoun, quien, sin egoísmo, cedió el protagonismo al delantero español para que forzara la prórroga. Así se llegó al alargue, con un visitante montado sobre su rival azul.
Pero todo se derrumbó para Rafa Benítez y los suyos al minuto 97. Hyypia cometió penal sobre Ballack y, un minuto después, Lampard puso el grito de gol en todo Stamford Bridge.
El mediocampista no falló y se lo dedicó a su madre, quien desde el cielo estará orgullosa del muchacho. Fue el momento emotivo del choque.
Bombazo número dos
El duro golpe que significó para el Liverpool el 2-1 fue intensificado por Drogba (m.105), quien mandó un nuevo balazo raso al fondo de la red tras un servicio de Anelka. La otrora estrella gala penetró sin oposición al área con la complicidad de la zaga, que se quedó parada esperando el banderazo.
Ya cuando los jugadores del Chelsea pensaban en su “boarding pass” vía Moscú, Babel descontó (m.117), pero fue insuficiente para bajarlos del avión. Allá los espera el Manchester United, en lo que será la primera final inglesa en la historia el próximo 21 de mayo. No se la pueden pelar.
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