domingo, 18 de mayo de 2008

EN JUEGAZO, RAYADOS DEJA FUERA AL SUPERLÍDER



  • Chivas luchó, pero Monterrey siempre respondió
  • Dos goles de Carlos Ochoa

En lo que fue uno de los mejores juegos en lo que va del año, los Rayados del Monterrey visitaron la cancha del estadio Jalisco y salieron con uno de los boletos para las Semifinales del Clausura 2008 tras empatar 4-4 con las Chivas (5-8 global).

Luego de caer por 4-1 en la ida de los Cuartos de Final, Chivas necesitaba tres o más goles para avanzar a Semis, y lo logró; sin embargo, atrás no supo cómo contener a una inteligente delantera rayada y terminó concediendo cuatro anotaciones, con lo que se esfumó el sueño rojiblanco de acceder a la penúltima fase del torneo.

Chivas fue el primero en anotar, con lo que llenó de esperanza a su afición, pero los Rayados manejaron muy bien los tiempos y lograron irse al frente en el marcador con goles de Ochoa y Arellano. Antes del final de la primera mitad, Medina puso las cosas 2-2, por lo que el Rebaño debía buscar tres goles en la segunda parte.

En la parte complementaria, el conjunto tapatío volvió a acercarse en el marcador gracias a un gol de Ávila, pero el cuadro del norte del país igualó a tres por conducto de Erviti, con lo que apagó los ánimos rojiblancos. Al final, Magallón marcó una vez más, pero Carlos Ochoa respondió una vez más para el 4-4 final.

Vale la pena recordar que Chivas deja la Liguilla luego de haber sido el mejor equipo del torneo, en el cual sólo recibieron 14 anotaciones en contra. En tres partidos ante las Chivas, Rayados ganó dos y empató uno, marcándole 9 goles en total.

EL PARTIDO

Para pasar a las Semifinales del Clausura 2008, las Chivas necesitaban vencer por 3 goles de diferencia a Rayados. Así que, obligado por la situación, el conjunto tapatío intentó ir al frente desde el silbatazo inicial, buscando inquietar a la zaga rival.

Pero el Monterrey fue inteligente, aguantó bien los embates iniciales del Rebaño e incluso fue el primero en crear peligro. Al minuto 8, Erviti centró desde la izquierda para Jared Borgetti, quien se elevó dentro del área rojiblanca y remató apenas arriba del travesaño.

Luego del gran susto, Omar Bravo apareció para marcar el primer tanto del juego y así levantar el espíritu de un nervioso estadio Jalisco. El ariete rojiblanco bajó un centro en el área rival, se desmarcó para recibir la devolución del pase y sin pensarlo remató de zurda para marcar el 1-0 luego de que el balón chocara con el travesaño y botara claramente dentro de la meta de Orozco.

La euforia del primero de los tres goles que requería Chivas se diluyó seis minutos después, ya que en un preciso contragolpe, Carlos Ochoa anotó el 1-1, aprovechando la distracción de la defensa local, que se quedó muy atrás en la jugada. Al 24', la zona baja del chiverío volvió a demostrar que no estaba del todo metida en el juego al permitir que Borgetti entrara solo por derecha para centrar al manchón penal para Arellano, quien sólo tuvo que chocar el esférico para mandarlo al fondo del la meta de Michel.

Y lo que al inicio del juego lucía más que difícil, luego de este tanto se veía aún peor, pues la diferencia ya era de cuatro goles en el global. Sin embargo, el Rebaño no bajó los brazos y se lanzó al frente a matar o morir. Con más convicción que futbol, el "Tepa" Solís desbordó por izquierda y sacó un centro que Alberto Medina remató de cabeza para poner el 2-2 en el partido (3-6 global).

El furioso ritmo que tuvo el partido en los primeros 30 minutos de juego se mantuvo hasta el final del primer lapso. Chivas creó al menos 3 jugadas más en las que tuvo la oportunidad de rematar a gol, pero Jonathan Orozco se mostró seguro bajo los tres palos. Del otro lado, los regiomontanos generaron poco.

El vértigo y emoción que se vivió en la primera parte no apareció en la segunda, ya que Monterrey efrió el ímpetu rojiblanco. El adormilado ritmo que los Rayados imprimieron en la parte complementaria contagió a las Chivas, que dejaron de llegar con peligro al arco rival.

Al minuto 57, Jesús Arellano dejó ir lo que hubiera sido el 2-3 para Rayados. El "Cabrito" recibió de Jared un preciso pase dentro del área, pero al definir lo hizo un poco forzado cuando tenía todo para anotar su segundo gol del juego.

Luego de 15 minutos del segundo tiempo, las Chivas parecían muertas; atacaban casi por inercia ante un Monterrey que se convirtió en claro dominador del juego. Pese a esto, un error de Jonathan Orozco trajo nueva vida al Rebaño. En un tiro controlable lanzado por Magallónn, el arquero rayado regaló el balón a Sergio Ávila, quien no dudó y puso el 3-2 (4-6 global).

Luego del gol del "Gaucho", Ricardo La Volpe mandó dos modificaciones que anunciaron que el Monterrey trataría de aguantar atrás durante el resto del segundo tiempo. Así, quedó claro que los últimos minutos serían de constante presión rojiblanca.

Pero cuando parecía que el Rebaño se iría con todo al frente, los regios aguantaron a pie firme atrás, controlando sin demasiados apuros los tímidos ataques de unas Chivas que se veían completamente apagadas.

Los Rayados se adueñaron del esférico y hasta se dieron el lujo de salir en contragolpe en varias ocasiones. En una de esas escapadas, Paredes sacó de banda para Erviti, quien se metió al área y venció a Michel con un tiro de zurda a primer poste. La desventaja chiva, una vez más, era de tres tantos, pero sólo con 15 minutos por jugar.

El corazón rojiblanco estaba herido de muerte, pero esto no impidió que llegara una anotación más a su favor. A dos minutos del final, Magallón conectó con certeza un tiro de esquina cobrado por el "Venado" Medina y acortó distancias. La lucha de estos dos grandes equipos concluyó igualada 4-4 (5-8 global) gracias a que Carlos Ochoa anotó a unos segundos del final del juego, sentenciando el pase norteño a las Semifinales.

EL ARBITRAJE

Bueno de Armando Archundia. El silbante dio por válido un gol de Omar Bravo que luego de pegar en el travesaño, botó dentro de la meta rayada. Poco después, juzgó correctamente una jugada entre el mismo Bravo y el meta Orozco en la que parecía falta del segundo, pero en realidad fue falta del primero.

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