miércoles, 15 de octubre de 2008

El centrocampista del Barça abrió el nuevo triunfo español con un gol maravilloso (1-2)



Una obra de arte de Iniesta y una estocada de Villa prolongaron ayer en Bruselas la maravillosa racha de España, que camina imparable hacia el Mundial de Suráfrica-2010. Sumó ante Bélgica su cuarta victoria consecutiva (1-2) mientras Turquía solo empataba en Estonia, lo que le deja el camino despejadísimo hacia la próxima cita mundialista, en la que, si nada se tuerce, partirá como uno de las grandes referencias.
La selección española adorna cada vez más sus números --acumula 27 partidos sin perder--, afina su estilo, sufre cuando hay que sufrir y muchos de sus jugadores no dejan de crecer, ahora que han encontrado el marco ideal en el que desarrollar sus especiales características. Uno de ellos es Iniesta. Stijnen, el portero belga, soñará mucho tiempo con el gol que le marcó el centrocampista del Barcelona.
Será la imagen más repetida en los resúmenes de la jornada de selecciones, liderará clasificaciones de los mejores goles en años y miles de veces se echará mano del soporte digital que lo contenga para mostrarlo a quien no hubiera tenido la suerte de verlo. Si a algún aficionado le había pasado desapercibida la clase inmensa del artista de Fuentealbilla, no se atreverá a confesarlo nunca más si contempla la forma en que maniobró para neutralizar la ventaja con que Sonck había puesto a Bélgica tras un desajuste defensivo.

CASILLAS, BATIDO
El delantero del Brujas cabeceó a placer y dejó clavado a Casillas tras un centro desde la izquierda de Kompany, a quien tampoco estorbó demasiado Ramos después del rechace en un córner (m. 7). Un tanto con el que Casillas volvía a recoger la pelota del fondo de su portería 717 minutos después. No le marcaba nadie desde que lo hiciera el sueco Ibrahimovic en el segundo partido de la pasada Eurocopa. Fue el castigo por un despegue nada fino del equipo español, que tardó más de lo deseable en descifrar la manera de abordar a otro rival blindado, sin ningún reparo para admitir su incapacidad para plantar cara a España de igual a igual.
Empezó mal la noche para España y continuó peor porque Torres se lesionó en un intento de desmarque de ruptura. Sufre un problema muscular en la cara posterior del muslo izquierdo que le puede impedir volver al Calderón el miércoles con el Liverpool. Le sustituyó Cesc para, entre otras cosas, aliviar a Xavi, vigilado muy de cerca a base de relevos que intercambiaban los centrocampistas belgas.
Un delantero menos y un centrocampista más para enfrentarse a una situación complicada que Iniesta comenzó a arreglar con un derroche de genialidad. Recibió un gran pase de Fàbregas, regateó sobre la misma línea de fondo a un defensa y se deshizo del portero con un cambio de pierna para marcar casi sin ángulo (m. 36). Asombró a todos los presentes y acomplejó a los jugadores belgas, que ya no se repusieron hasta después del descanso.
Casillas y Puyol evitaron que Bélgica se adelantase de nuevo nada más empezar el segundo tiempo en dos peligrosos contrataques, pero enseguida volvió España a agarrarse al libreto que la ha llevado a reinar en el fútbol continental. Abrumó por momentos a su rival con posesiones kilométricas, a lo que ayudó la entrada de Alonso como segundo medio centro, y acabó alcanzando el triunfo con un tanto a última hora de Villa a pase de Güiza desde la banda izquierda.

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