Hablar con el seleccionador nacional César Farías tras los partidos que se jugaron ante Brasil y Ecuador era prepararse para una larga conversación, pues luego de las presiones y análisis hechos sobre su proceso tiene muchas respuestas para dar.
No es fácil contener el aluvión de ideas del técnico en una hoja de papel, pero se puede ir por partes porque todavía queda un trecho de eliminatoria al Mundial 2010.
-Tras todo el ambiente previo que hubo ante Brasil y Ecuador, ¿qué sensaciones quedan?
-Para nosotros es un punto de inspiración importante, así como el partido de Chile nos había dejado un bache grande del que nos había costado salir, también ante la dificultad de un calendario donde nos tocaban tres partidos que históricamente no se habían ganado nunca (Perú, Paraguay y Brasil). Afortunadamente salimos del partido en el que Venezuela siempre ha sido fuerte y jugando de manera convincente. Es importante de cara a lo que viene.
-Hay cosas que se repiten para bien y para mal. Ante Ecuador hubo cosas del choque ante Brasil ¿lo ve así?
-Se presentaron las ocasiones de gol. Ante Ecuador me dio mucha alegría que la jugada de córner y la de banda que habíamos preparado se dieron. Los jugadores tuvieron muchos puntos altos. Cuando lo analizas uno a uno el funcionamiento colectivo fue muy bueno y nos permitió concretar un gran resultado. Ante Ecuador el equipo se defendió muy bien en la mitad de la cancha. No habíamos podido conseguir la conexión de todos los jugadores en cancha. La historia nos compensó todo lo que se ha venido haciendo durante meses de trabajo.
-¿Que el equipo haya reaccionado tras la presión puede dar un mensaje susceptible de ser mal interpretado?
-Las energías siempre son necesarias y nosotros teníamos que adaptarnos al círculo de adentro para que eso reventara hacia afuera y que en algún momento nos encadenemos todos como país a seguir soñando con la idea de llegar a un Mundial. Pero no con un mensaje publicitario ni de empresas. Sino con un discurso basado en la realidad de nuestro fútbol con sus debilidades y fortalezas. No diciéndonos mentiras que al final perjudican.
-Estos fueron momentos duros para la selección.
-Aquí estamos hombres de fútbol que hemos soportado mucho y estamos dispuestos a seguir soportando, pero el verdadero camino para llegar a un Mundial es con la verdad. Hoy me sorprende mucho que todo el mundo sabe lo que hay que hacer. Los que tenemos la posibilidad de hacer cosas debemos hablar con la verdad. Sabemos de las necesidades de nosotros, de los medios, y de haber un feeling entre todos para seguir sumando objetivos.
-La era Páez dejó una marca en la clasificación al Mundial, ¿le toca usted depurar el criterio?
-No hemos querido caer en dimes y diretes. Hay que saber cuál es el peso de nuestro fútbol y cada quién lo asume como quiere. Cuando ganamos en Boston era herencia del ciclo anterior, cuando perdemos es que cambiamos todo, que no tenemos identidad como país. Cuando se quiere hablar mal de este proceso no se dicen con cuántos puntos se terminó en la pasada eliminatoria, sino se dice que se dejó al equipo quinto, pero en cuatro fechas y son dieciocho. Esas son verdades, pero nosotros vamos a seguir teniendo la calma. Hacer una autoevaluación equilibrada y seguir creyendo en el trabajo. La paciencia es fundamental y al final se verá quién tiene razón.
-¿Qué van dejando los análisis hechos?
-No hay que precipitarse para hacer una muy buena revisión. Tenemos una mayor cantidad de jugadores y hemos renovado algunos conceptos. Que hoy cumplan jugadores como Luena, Moreno, Gabriel fuera de los habituales quiere decir que hay una competencia y para los jugadores significa que los seguiremos para evaluar quiénes están para jugar ante Argentina y Colombia.
-¿El técnico cede ante los jugadores que pide la gente?
-Si eso fuera así debíamos pedir un permiso especial a la FIFA para que pudieran jugar unos 20 jugadores. Tiene que ver con los regionalismos y es normal, vas a Maturín y te piden al Maestrico, en Caracas es Ronald y Guerra, y así. Había que esperar por algunos jugadores y dejarlos madurar. Hoy día, Tomás Rincón todavía es cuestionado en Puerto Ordaz, pero es lógico porque su antecesor es de allí. Los regionalismos son muy marcados y lo sabemos.
-Siempre mantuvo la confianza en el resultado ante Ecuador...
-Estoy trabajando en esto desde el 94 cuando se empezaba a construir la selección que después brilló. Habíamos estado arañando el palo en los partidos, y sabíamos que en cualquier momento entraría. Además a Ecuador se le había ganado en el pasado y se podía conectar todo.
-¿Cómo ve el 2009?
-Estamos dispuestos a asumir los riesgos y el protagonismo que genera la selección y entregarnos de lleno por nuestra camiseta y convicciones.
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