Así fue el debut oficial del Chelsea en esta nueva temporada, pasando por encima del Portsmouth -campeón de la FA Cup, recordemos- y lanzando un severo llamado de alerta a todos los demás competidores de la Premier: jugando como lo ha hecho hoy, el equipo de Luiz Felipe Scolari puede hacer buena la 'profecía' de Michael Ballack y "aspirar a ganarlo todo". Empezando por la competición doméstica.
El partido en sí ha sido un monólogo. De principio a fin. Para colmo, el Chelsea no quitó jamás el pie del acelerador y al Portsmouth le pudo hacer caído una goleada histórica. Fueron cuatro goles, pero Anelka, Joe Cole, Deco y compañía lo bordaron e hicieron disfrutar en grande a la Parroquia Blue, ávida de emociones fuertes tras los fracasos de la pasada campaña.
Por si fuera poco, el Chelsea tuvo pegada. Antes de la media hora ya estaba 2-0 arriba con sendos 'zarpazos' de Joe Cole y Nicolas Anelka. El primer gol, por ejemplo, fue una maniobra preciosa en su concepción, con Anelka bajando la bola de pecho para que Ballack dejase de cara a portería a Cole. Iban 12 minutos de partido y los Blues ya demostraban quién iba a ser el amo en toda la tarde.
A los 20, Anelka perdonó en el mano a mano ante James, que le ganó el duelo, pero el punta francés se reivindicó a los 25 remachando de cabeza un centro de Deco desde la izqierda, con 'cantada' previa del portero, que salió a por uvas (2-0).
El trabajo de los debutantes Bosingwa y Deco fue espléndido, pero no le fueron a la zaga 'viejos guerreros' del Chelsea como Cole y Lampard, muy astutos para juntarse con el ex Barcelona en la medular. Y como Anelka estaba con ganas y no paraba de tirar diagonales, el partido fue un suplicio en toda la regla para el Portsmouth, que comienza a pesar en demasía la falta de Muntari, traspasado al Inter de Milán.
Anelka, que sólo había anotado dos goles en 24 partidos en el 'Ciclo Grant', se perdió el 3-0 tocando apenas afuera ante la salida de James. La única clara del primer tiempo para la visita la tuvo Crouch, pero Petr Cech le ganó el duelo, y justo antes del descanso el galo Distin cometió una torpeza parando con la mano en el área un centro de Bosingwa. Lampard lo cambió por gol desde el punto del penalti y el Chelsea se fue al descanso bajo un concierto de aplausos. Y con ventaja de 3-0.
Pudo haber bajado el ritmo el Chelsea en el segundo tiempo, pero había algunas cuentas pendientes por saldar. Deco, por ejemplo, buscó incesantemente su gol y acabaría lográndolo a los 89 minutos con un remate desde unos 30 metros que James se tragó con patatas. Para variar, claro.
Pero antes del 4-0, Anelka tuvo otras dos ocasiones, Cole falló un mano a mano antes de ser reemplazado y Scolari dio minutos a Wright-Phillips y a Paulo Ferreira, más que nada para que Cole y Bosingwa fuesen ovacionados por el respetable.
¿Alguna pega? No, ninguna. El Chelsea ha sido un vendaval en el debut y no ha ganado precisamente a un hueso fácil de roer. El Manchester United, por ejemplo, sólo pudo tumbar al Portsmouth en la Community Shield a los penaltis, tras haber sido incapaz de anotarle en los 90 minutos.
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